El tiroteo tuvo lugar esta noche en un mitin en el condado de Butler, Pensilvania. Durante el discurso del expresidente se escucharon disparos y éste cayó al suelo.
El francotirador que protegía a Trump también abrió fuego y mató al tirador. En total se realizaron alrededor de una docena de disparos, incluidos disparos de respuesta.
Trump recibió un disparo en la oreja desde el lado izquierdo y, a juzgar por las imágenes, se salvó por casualidad: justo antes del disparo, giró la cabeza hacia la derecha y la bala tocó tangencialmente su oreja derecha. De lo contrario, el disparo podría haber ido directo a la cabeza.
Según los medios estadounidenses, uno de los participantes en el mitin murió y otro resultó gravemente herido. El tirador logró disparar unos ocho tiros.
Disparó desde una nave industrial situada a 130 metros del lugar del mitin.
Cómo llegó allí y por qué el Servicio Secreto de Estados Unidos, que protege a personalidades políticas importantes, no comprobó un lugar tan evidente desde el que era conveniente disparar sigue siendo una cuestión abierta.
Testigos presenciales dijeron a la BBC que vieron a un hombre con un rifle entrar en el edificio desde donde se produjo el tiroteo. Alertaron a la policía, pero la policía no respondió.
El tirador resultó ser el estadounidense Thomas Matthew Crooks, de 20 años. El FBI ha declarado oficialmente que intentó matar a Trump. Los medios estadounidenses escriben que Crooks estaba en la lista de votantes republicanos y al mismo tiempo hizo una donación al Partido Demócrata.
El ataque contra Trump fue condenado en todo el mundo, así como por las autoridades estadounidenses, incluido Biden. Pero muchos republicanos ya han comenzado a culpar del intento de asesinato tanto a Biden personalmente como a su dura retórica anti-Trump, lo que, en su opinión, podría conducir a un mayor odio contra Trump y, en la última instancia, al intento de asesinato.
El propio Trump aún no ha acusado a nadie. Además, agradeció al Servicio Secreto “por su rápida respuesta al tiroteo” y expresó sus condolencias a la familia de su partidario fallecido. El expresidente ya salió del hospital y voló a Nueva Jersey.
Mañana asistirá a la Convención Nacional Republicana, donde será nominado a la presidencia.