El nuevo fiscal de Los Ángeles se pronuncia sobre la libertad de los hermanos Menéndez: “No habrá ninguna duda”
A punto de asumir su cargo, Nathan Hochman se compromete a un exhaustivo análisis de los documentos esenciales para decidir el destino de Lyle y Erik Menéndez.
A finales de los años 80, el juicio de Lyle y Erik Menéndez capturó la atención pública en Estados Unidos, marcando un precedente en los medios y en el sistema judicial del país. Hoy, décadas después, el destino de estos hermanos vuelve a ser tema de debate. En una decisión que puede cambiar el rumbo de sus vidas, el nuevo fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, Nathan Hochman, enfrenta el desafío de evaluar la recomendación de su predecesor, George Gascón, para que los hermanos sean liberados.
Esta solicitud se presenta en medio de cuestionamientos sobre si se trata de una búsqueda de justicia o de una estrategia política.
La postura de Nathan Hochman y la revisión de evidencia
Hochman, quien asumirá el cargo de fiscal el próximo 2 de diciembre, fue claro en su intención de analizar con detenimiento toda la evidencia disponible antes de decidir si apoya la liberación de los Menéndez.
“Parte del problema con el momento en que Gascón tomó esta decisión es la sombra que arroja sobre su credibilidad. ¿Es una decisión justa o fue simplemente una táctica política?”, cuestionó Hochman, en declaraciones recogidas por ABC News. El fiscal hizo evidente su escepticismo sobre las motivaciones de su predecesor.
El futuro fiscal de Los Ángeles subraya que planea revisar de manera directa cada uno de los documentos clave en el caso: desde los archivos penitenciarios confidenciales hasta las transcripciones del juicio y las entrevistas con familiares y abogados.
Para él, delegar esta tarea a un tercero sería una irresponsabilidad, dado que considera este caso de una trascendencia pública y jurídica inigualable. “No habrá ninguna sombra de duda sobre cualquier decisión que tome”, añadió.
Gascón y su decisión sobre la resentencia a los Menéndez
Antes de dejar el cargo de fiscal de distrito de Los Ángeles, George Gascón tomó la decisión de recomendar una resentencia para los hermanos Menéndez, lo que les permitiría solicitar libertad condicional de manera inmediata.
Gascón, conocido por sus posturas progresistas en el sistema de justicia, afirmó que su recomendación se basa en una exhaustiva revisión de 30 años de información relacionada con el caso, así como en el historial de rehabilitación que los hermanos han tenido en prisión. Para el funcionario, el tiempo cumplido en prisión y los antecedentes de abuso que alegan los Menéndez deberían ser considerados al evaluar su posible libertad.
En respuesta a las críticas de que su decisión podría haber sido una maniobra política, especialmente al final de su mandato, Gascón defendió la legitimidad de su recomendación, declarando: “Creo que deben ser liberados y deben ser liberados conforme a la ley”.
La propuesta del fiscal no solo apela a las condiciones legales, sino también a su visión de la justicia como un proceso restaurativo. Su enfoque se centró en revisar factores como el trauma psicológico y el abuso físico pudieron influir en el comportamiento de los acusados en el momento del crimen.
Historia del caso Menéndez: Crimen, juicio y controversia
El 20 de agosto de 1989, la noticia de un doble asesinato conmocionó a Beverly Hills y al país: Lyle y Erik Menéndez fueron acusados de matar a sus padres, José y Kitty Menéndez, en su propia casa. El crimen, que en un principio parecía un caso de robo, reveló una trama mucho más compleja y oscura.
Los hermanos, de 21 y 18 años en aquel entonces, confesaron haber disparado contra sus padres, pero alegaron que lo hicieron en defensa propia tras sufrir años de abuso físico, emocional y sexual por parte de su padre, José Menéndez, un ejecutivo de éxito de la industria del entretenimiento.
El caso generó una atención mediática sin precedentes, y el juicio de los Menéndez se convirtió en uno de los primeros en ser transmitido en directo por televisión, marcando el inicio de una era de cobertura intensiva de casos judiciales.
En su defensa, los hermanos alegaron que el asesinato fue el resultado de un ciclo de abuso intrafamiliar que los había llevado al límite. Sin embargo, los fiscales presentaron una narrativa diferente: argumentaron que el motivo del crimen fue económico, ya que los Menéndez habrían planeado los asesinatos para heredar la fortuna de sus padres.
La primera ronda de juicios, en 1993, se declaró nulo, con dos jurados que no pudieron llegar a un veredicto. En el segundo juicio, en 1996, el juez restringió la cantidad de evidencia relacionada con el abuso, y finalmente, ambos hermanos fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. La prohibición de la mayoría de los testimonios sobre abuso y el enfoque en el motivo económico alimentaron una controversia que sigue viva hasta el día de hoy.
Con el paso del tiempo, el caso Menéndez ha pasado de ser una tragedia familiar a un fenómeno cultural y jurídico, cuestionando los límites de la defensa por abuso y el tratamiento de la violencia intrafamiliar en los tribunales.
¿Serán liberados los hermanos Menéndez? Estas son las opciones
Erik y Lyle exploran actualmente tres vías legales que podrían permitir su salida de prisión tras más de tres décadas encarcelados. La primera y más avanzada es la solicitud de resentencia impulsada por Gascón, quien recomendó que se revise su condena de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional y que se les imponga, en su lugar, una condena de 50 años a cadena perpetua, lo que les permitiría optar a libertad condicional de inmediato.
Este cambio se sustenta en un enfoque que considera factores como la edad de los hermanos al momento del crimen, el presunto abuso sufrido y su rehabilitación en prisión.
La segunda vía es una petición de clemencia presentada al gobernador de California, Gavin Newsom, que permitiría la liberación de los Menéndez bajo una decisión ejecutiva. Este recurso, sin embargo, enfrenta desafíos debido al carácter excepcional de las solicitudes de clemencia y la alta carga de pruebas necesaria para justificar una medida de este tipo en un caso de asesinato.
Finalmente, los hermanos también han solicitado la revisión de su caso mediante un recurso de habeas corpus, presentado el año pasado. Este recurso legal busca que el tribunal examine evidencia reciente que no fue presentada en los juicios originales.
Entre los elementos nuevos, destaca el testimonio de Roy Roselló, un exmiembro de la banda Menudo, quien acusó a José Menéndez de abuso sexual, así como una carta escrita por Erik Menéndez a su primo ocho meses antes de los asesinatos, en la que relata presuntos abusos.
Cada una de estas opciones representa una oportunidad para que los Menéndez argumenten que, a la luz de nuevas pruebas y de su evolución en prisión, su caso merece una reconsideración. Sin embargo, el resultado final depende de la revisión judicial y de decisiones en distintos niveles de autoridad.