La mayoría de los jubilados y pensionados —unos 5 millones de personas— perciben el haber mínimo junto a un refuerzo o bono previsional. De acuerdo con distintos informes, este sector sufrió una pérdida de poder adquisitivo del 28% entre 2017 y 2025, incluyendo un retroceso del 7,8% solo en 2024.
El panorama se complica porque el bono no se actualiza con la inflación ni se computa para el pago del aguinaldo. Esto implica que, aunque el haber se ajuste mensualmente por inflación, el ingreso real de los jubilados queda congelado en niveles muy por debajo de los registrados en 2017.
La Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) y el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) coinciden en que el valor del bono, que permanece fijo en $70.000 desde marzo de 2024, perdió más de un 36% de su poder real en un año.
Incluso con una inflación en descenso, la recomposición de los haberes es limitada. En febrero de 2024, el haber jubilatorio alcanzó su piso histórico: 62% por debajo del promedio de 2017. Luego, tuvo una recuperación parcial, pero hoy se mantiene un 42% por debajo.
Por su parte, el haber mínimo con bono cayó un 43% en ese mismo mes y hoy sigue un 28% abajo del promedio de 2017.
Mientras tanto, los fallos judiciales que exigen que ANSES ajuste los haberes conforme a la inflación continúan sin resolución por parte de la Corte Suprema, con causas que llevan más de una década esperando definición.
