El gobierno de Río de Janeiro presentó un proyecto para vender el estadio Maracaná, uno de los templos más emblemáticos del fútbol mundial, como parte de un plan de reducción del gasto público fiscal.
Rodrigo Amorim, presidente de la Comisión de Constitución y Justicia de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, explicó que el estado invierte aproximadamente 160.000 euros por partido solo en gastos de mantenimiento del estadio. El Maracaná ha sido administrado por el gobierno regional durante décadas, asumiendo los costos de construcción, mantenimiento y reformas.
Desde el Partido Liberal, impulsor de la medida que incluye la liquidación de varias propiedades públicas, señalaron que el Estadio Jornalista Mário Filho -nombre oficial del Maracaná- podría generar ganancias de 320 millones de euros. El objetivo es evitar los costos derivados del abandono y reactivar el estadio con usos más productivos.
La iniciativa se enmarca en el contexto de una deuda de 1.890 millones de euros que el estado de Río debe saldar con el gobierno federal brasileño para 2026, según el plan de reestructuración nacional.
El proceso de venta enfrenta obstáculos significativos, ya que existe un contrato vigente hasta 2044 con el consorcio formado por Flamengo y Fluminense, clubes que utilizan regularmente el estadio como localía. Fluminense quedaría en una posición vulnerable, ya que Flamengo había anunciado previamente la construcción de un nuevo estadio propio.
El gobernador Claudio Castro presentó el Proyecto de Ley Complementario 40/2025, que establece la facultad del gobierno para vender inmuebles públicos, incluso aquellos actualmente cedidos al sector privado, mediante procesos de licitación.
