Representantes de la comunidad indígena sostienen que las deficiencias edilicias vienen de arrastre, hace dos años.
La confirmación de paredes de un baño con electricidad y tener que usar leña para el comedor por falta de una garrafa, fueron las situaciones por las que una parte de la comunidad escolar decidió cerrar puertas y detener las clases en la escuela del Barrio Toba.
“Necesitamos una respuesta de las autoridades”, apela Luis Alberto López, presidente del consejo escolar de una institución gobernada de manera mixta, por referentes comunitarios y por docentes designados por Educación.
La nueva autoridad de la comunidad indígena, electo en mayo de este año, señaló que una prioridad es la falta de avances en reparaciones del establecimiento, pese a los reclamos hechos al Ministerio de Educación.
“Ayer, por ejemplo, en el baño de los varones de la escuela de la primaria, la pared tenía electricidad; entonces se cerró, se suspendieron las clases. Esa fue la determinación que tomamos; que los chicos del jardín y de la escuela dejen de ir porque además de la electricidad en el baño están sin agua”, detalló Liliana, esposa de López.
Sostienen que lo mismo sucede en la cocina, donde se suma el problema de que se terminó el gas en garrafa y para asegurar que siga funcionando el comedor escolar, las cocineras completaron las preparaciones prendiendo una fogata en el patio. “Esto pasó durante toda esta semana, es algo que no se puede dar en una ciudad como Resistencia; la escuela está totalmente abandonada”, agrega Liliana.
