La visita de Lionel Messi a India terminó en caos este sábado en el Salt Lake Stadium de Calcuta. El sueño de miles de fanáticos por ver al futbolista argentino se transformó en frustración e incidentes que obligaron al rosarino a abandonar el estadio de manera abrupta y bajo una fuerte custodia.
El astro argentino llegó al estadio acompañado por Luis Suárez y Rodrigo De Paul, en el marco de una gira promocional. Sin embargo, fallas logísticas y una organización deficiente derivaron en que Messi quedara rodeado por políticos y funcionarios, dificultando la visión del público.
La estancia de Messi en el campo se redujo a apenas 15 o 20 minutos, tras los cuales fue escoltado fuera del recinto ante el avance de la masa de aficionados frustrados. La abrupta salida desató el enojo del público, que había pagado precios elevados por las entradas.
La decepción se tradujo en actos de vandalismo dentro de las gradas y el campo de juego. Se reportaron botellas arrojadas, carteles arrancados y sillas y barreras dañadas, mientras la tensión aumentaba. La policía detuvo al organizador principal del evento.
Autoridades de Bengala Occidental, incluida la jefa de gobierno Mamata Banerjee, emitieron disculpas públicas tanto a Messi como a los espectadores. Además, anunciaron la apertura de una investigación para determinar responsabilidades y evitar que situaciones similares se repitan.
El incidente puso en evidencia los desafíos en la organización de espectáculos multitudinarios en regiones con gran afición deportiva, donde la emoción popular a menudo queda relegada frente a intereses políticos o corporativos.
