El modelo lleva 30 años vigente y expone una inequidad entre lo que que ingresa y lo que recibe cada jurisdicción. En el primer trimestre del 2024, el recorte de Nación promedia un 19 % y representa una importante reducción real de los ingresos fiscales en las provincias.
La coparticipación federal viene siendo un tema que preocupa a los gobernadores y los impulsa a ser severos planteos para recuperar los fondos que no recibían antes del 10 de diciembre y lo que dejaron de percibir desde que Javier Milei es presidente. En marzo, las transferencias a las provincias y a CABA tuvieron una caída del 28 % real.
Si se cuentan las remesas automáticas, las leyes complementarias y compensaciones, en el primer trimestre del 2024 la quita llegaría al 19% real. En el caso de Chaco, la cifra llega al 18,78 %.
Esto representa una importante reducción real de los ingresos fiscales en las provincias.
A causa de la recesión, los Ingresos de Nación se redujeron 9% real anual, pero los de las provincias (ligados a la coparticipación) cayeron casi 23% real anual en marzo.
La explicación del descenso real interanual se debe, principalmente, a que la recaudación de ganancias se vino abajo en el orden del 41% y la de IVA del 18%.
Los impuestos al consumo en las provincias cayeron el mes pasado un 28%.
No hubo una debacle fiscal porque el Impuesto País, que no es coparticipado y expira cuando se elimine el cepo, ya recauda $700.000 millones mensuales, con un 322% real de incremento anual.
El problema del régimen de coparticipación federal son las inequidades que se fueron gestando con el tiempo.
Sólo 10 provincias son aportantes netos.
Formosa, Santiago del Estero y Tierra del Fuego financian con la coparticipación casi la totalidad de su gasto público. Algunas jurisdicciones, como La Rioja, embolsan casi el doble de lo que aportan al pozo común, y destinan el 50% de lo que reciben de Nación a sueldos, según el titular de la Cámara de Diputados Martín Menem. En este sector se ubican Corrientes, Jujuy y Chaco.
Actualmente, son 14 las provincias que sacan más recursos de los que ingresan a coparticipar.
A la inversa, la relación entre los impuestos recaudados y la coparticipación recibida es desfavorable para la Ciudad de Buenos Aires, que se ubica en la peor posición: recibe algo más del 10% de lo recaudado, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Otros distritos que también reciben menos de lo que recaudan son Neuquén, Chubut, Buenos Aires, Córdoba y Santa Cruz.
Pocos incentivos para el desarrollo
Desde la consultora Invecq afirman que “el esquema actual genera que muchas provincias tengan pocos incentivos al desarrollo e inversión de la actividad privada, dependiendo exclusivamente de los recursos de la Nación”.
Los números son más polémicos si se compara la coparticipación per cápita. En este caso, la provincia de Buenos Aires es una de las que menos recursos recibe en el reparto, y la Ciudad de Buenos Aires le sigue en la suma de ingresos tributarios y de transferencias corrientes y de capital. Las tres cuartas partes de sus ingresos provienen de recaudación propia.
La provincia de Buenos Aires recibe más de la mitad de sus ingresos del Gobierno nacional. Menos del 50% lo reúne con recaudación propia y otros ingresos internos.
Neuquén recibe la cuarta parte de recursos de Nación y la mayor parte de sus ingresos provienen de regalías por la actividad hidrocarburífera y otros ingresos propios, y otra cuarta parte por recaudación propia.
Esto genera un claro contraste -ver cuadro- con lo que les toca por habitante a Tierra del Fuego, Catamarca, Formosa, La Rioja, La Pampa y Santa Cruz.
