Nacionales

La geoeconomía detrás del acercamiento comercial entre Argentina y EEUU

La publicación del “Framework for a United States-Argentina Agreement on Reciprocal Trade and Investment” por parte de la Casa Blanca reabrió el debate sobre el grado de autonomía de la política exterior argentina. Según el especialista en relaciones internacionales Esteban Actis, el nuevo entendimiento comercial refleja más una asimetría estructural entre ambos países que un tratado equilibrado, respondiendo a la estrategia geoeconómica de la administración Trump.

Actis identifica seis ejes clave para comprender el alcance político y económico de este acercamiento:

1. Una excepcionalidad relativa
Aunque la compra de pesos por parte del Tesoro estadounidense rompió moldes, el acuerdo comercial no se aparta del formato habitual de Washington: imposiciones bilaterales diseñadas para reforzar objetivos estratégicos, especialmente en la competencia con China. Argentina aparece en una segunda línea de prioridades, junto con Ecuador, El Salvador y Guatemala, relativizando la supuesta singularidad del vínculo.

2. Reciprocidad desequilibrada
El desequilibrio es evidente: quince compromisos para Argentina frente a apenas dos para EEUU. La narrativa del anuncio estuvo bajo control de la Casa Blanca, buscando reforzar internamente la aceptación de su nuevo enfoque comercial.

3. China: el actor ausente pero central
Aunque no aparece mencionado, cinco compromisos apuntan explícitamente a alinear a Argentina con los intereses estratégicos de Washington: controles a inversiones y exportaciones, estándares para transferencia de datos, restricciones a bienes producidos con “trabajo forzado” y condiciones para inversiones en minerales críticos.

4. Mercosur en tensión
El acuerdo promete beneficios arancelarios mutuos, pero EEUU se reserva la posibilidad de aplicar la Sección 232, la misma herramienta con la que Trump impuso aranceles del 50% al aluminio y acero. Certaines concesiones podrían violar el Tratado de Asunción, abriendo un frente de tensión dentro del bloque.

5. No aranceles, sí regulación
El acuerdo empuja una apertura que excede los aranceles: eliminación de trámites consulares, reducción de la tasa de estadística, flexibilización de requisitos técnicos y adopción de estándares estadounidenses para la industria automotriz.

Actis concluye que el acuerdo confirma una tendencia: el alineamiento automático de la política exterior argentina con Washington, una liberalización comercial profunda y un rol creciente de EEUU que combina economía con geoestrategia para limitar la influencia china. “No hay almuerzos gratis. Y, en este caso, tampoco acuerdos simétricos”, afirma el especialista.

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *