El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, de 70 años, fue diagnosticado con carcinoma de células escamosas, un tipo de cáncer de piel intermedio en términos de agresividad. El diagnóstico se confirmó tras estudios médicos realizados el domingo 14 de septiembre en el hospital DF Star de Brasilia, donde se detectaron dos lesiones cutáneas malignas.
Según informó el centro sanitario, Bolsonaro deberá permanecer bajo seguimiento clínico y revaluaciones periódicas para monitorizar la evolución de la enfermedad. El oncólogo Cláudio Birolini precisó que esta forma de cáncer “no es ni la más benigna ni la más agresiva, es intermedia, pero aun así es un tipo de cáncer de piel que puede tener consecuencias más serias”.
El diagnóstico se conoció después de que el exmandatario fuera trasladado de urgencia el martes desde su residencia, donde cumple prisión domiciliaria desde el 4 de agosto, tras presentar episodios de vómitos, mareos, baja presión arterial y anemia persistente. Luego de permanecer hospitalizado, los médicos reportaron una “mejoría parcial” tras hidratación y tratamiento farmacológico.
Bolsonaro fue dado de alta al presentar estabilidad en sus constantes vitales, aunque los exámenes evidenciaron persistencia de anemia y alteraciones en la función renal. Una resonancia magnética de cráneo descartó daños neurológicos agudos.
El domingo anterior a su ingreso, el exjefe de Estado acudió al hospital para la retirada de ocho lesiones cutáneas, procedimiento autorizado previamente por el magistrado Alexandre de Moraes, instructor de los procesos que enfrenta en el Supremo Tribunal Federal (STF).
El jueves pasado, la Primera Sala del STF condenó a Bolsonaro a 27 años y 3 meses de prisión por intento de golpe de Estado. La sentencia menciona su papel de liderazgo en la planeación de una trama para desmantelar el Poder Judicial e impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva.
Aliados del exmandatario han señalado su estado de salud como argumento para que continúe cumpliendo la condena en régimen domiciliario, expresando temor a complicaciones médicas o malos tratos en caso de ser trasladado a una prisión convencional.
