Hace cinco años, Jorge Ruiz, un vecino de la ciudad de La Plata, logró lo que parecía imposible: ganarle un juicio por daños y perjuicios a un hotel alojamiento que había convertido su vida en un infierno.
Durante años, soportó ruidos insoportables que hacían su casa inhabitable. Hoy, tras recibir una indemnización y ver cómo el lavadero industrial del hotel fue retirado, finalmente disfruta de una vida más tranquila.
Los ruidos provenían tanto de las habitaciones del hotel, con gemidos y golpes inconfundibles, como del constante funcionamiento del lavadero industrial que compartía medianera con su casa.
“No se podía vivir con ese ruido sonando día y noche, era un infierno”, relató Jorge, quien incluso tuvo que enfrentar daños psicológicos y físicos debido a la situación, requiriendo tratamiento médico.
Después de años de lucha, y con la ayuda de una pericia que midió los niveles de ruido, la Justicia falló a su favor en 2018. Aunque el hotel sigue operando, Jorge se ha mudado dentro de la misma propiedad y ahora vive en paz.
