La cáscara de los cítricos contiene vitaminas, además de elementos como nitrógeno, fósforo y potasio.
A menudo desechada sin más, la cáscara de mandarina esconde un potencial poco conocido que va más allá de su uso en recetas y tés. Esta parte de la fruta posee propiedades sorprendentes para el cuidado de cultivos.
Además de aprovechar recursos naturales y sostenibles, el uso de este ingrediente es un excelente aliado para cuidar la salud de las plantas de tu hogar y potenciar su crecimiento.
Desde su potencial para hacer composta, hasta repelente para plagas, este elemento inesperado promete un mundo de posibilidades.
¿Qué puede hacerse con este residuo?
La cáscara de los cítricos puede ser un excelente ingrediente para tener un jardín saludable, pues tiene un alto contenido en vitaminas y nitrógeno, esencial para hacer composta, de acuerdo con la revista Woman and Home.
El compost, también conocido como composta o compostaje, es un abono orgánico que se obtiene a través de la descomposición controlada de residuos orgánicos. Este proceso da como resultado un fertilizante de alta calidad que regenera el suelo.
“Puedes añadir cáscaras de naranja picadas o ralladas a tu pila de compost para ayudar a acelerar el proceso de descomposición y enriquecer el compost con nutrientes esenciales. Este compost puede abonar tus mejores plantas de jardín, flores de temporada y hortalizas”, menciona la revista.
Fertilizante casero
Esta opción es ideal para aquellas personas que no tienen compost, pues también puede utilizarse para crear abono casero para plantas de una forma fácil y económica.
Este se puede preparar de dos formas: seco o líquido. El líquido se realiza a partir de una infusión, donde se sumergen las cáscaras en agua durante varios días.
“Utiliza esta agua para regar tus plantas. Los nutrientes de las cáscaras de naranja se filtrarán en el agua, proporcionando a tus plantas un fertilizante líquido natural y rico en nutrientes”, menciona la publicación.
El fertilizante seco consiste en secar las cáscaras, molerlas y espolvorear alrededor de las plantas. Esto ayudará al crecimiento de las mismas, pues este ingrediente contiene varios nutrientes como nitrógeno, fósforo, potasio.
Mejora del suelo
Las cáscaras pueden colocarse directamente sobre el suelo para formar una capa que beneficiará al suelo al descomponerse.
Cuando están secas y trituradas pueden servir como mantillo alrededor de las plantas, ayudando a conservar la humedad del suelo, suprimir malas hierbas y liberar nutrientes de manera gradual mientras se descomponen.
También se pueden enterrar justo bajo la superficie del suelo para que se integren más rápidamente en las raíces. Se recomienda trocearlas y enterrarlas directamente, esto añadirá materia orgánica al descomponerse, mejorando la textura y fertilidad del suelo.
Repelente de insectos
El uso más habitual de la cáscara de naranja en los jardines, junto con las cáscaras de huevo, es disuadir plagas. Muchos jardineros aseguran que el aroma cítrico de las cáscaras es efectivo para ahuyentar babosas, mantener alejadas a las hormigas y repeler pulgones sin emplear químicos tóxicos.
Se pueden colocar cáscaras secas alrededor de los semilleros o enterrarlas cerca de las plantas para ayudar a alejar las plagas. Sin embargo, utilizar mucho de este ingrediente puede atraer a otras plagas, por lo que es recomendable utilizarlas con moderación.
Macetas para semilleros
Pueden utilizarse mitades de mandarinas o naranjas huecas para crear macetas biodegradables. Esta es una excelente alternativa para evitar los residuos durante el proceso de cultivo.
Sólo es necesario rellenar las mitades del cítrico con tierra y plantar las semillas, una vez que haya comenzado a brotar la planta se pueden trasplantar al suelo sin quitar la cáscara, ya que esta se descompondrá y aportará nutrientes a la tierra.
